TRASFORMACIONES
Este
artículo nace por la necesidad de vaciar mi sistema mental de las
informaciones y sensaciones que voy recibiendo y acumulando. Mi llama
gemela etérica, Araham, y yo, esperamos que pueda guiar y orientar o
como mínimo que pueda ayudaros a realizaros preguntas. Lo que
leeréis a continuación no es la verdad absoluta, es sólo la visión
que Araham me da y la mía propia sobre mi propio proceso y el suyo,
sobre mi propio camino de aprendizaje y reconexión con mi Ser, sobre
mis propios recuerdos de quién soy. Os pedimos con todo nuestro amor
y respeto, que aplicaquéis siempre el discernimiento, que os quedéis
siempre con lo que os resuene, pues cada caso es único y este es mi
caso y el de Araham... En las semejanzas hallaréis respuestas, en
las discrepancias hallaréis preguntas...
Araham
y Arael.
En
las últimas noches estoy notando cómo mi organismo está
experimentando una transformación que no comprendo, algo que me
desconcierta bastante, aunque he aprendido a no cuestionar demasiado
lo que me está aconteciendo desde que se inició en mí ese
“despertar” que me ha llevado a una gran metamorfosis interior.
La oruga entró en la crisálida y la mariposa ya ha salido a volar
libre. Sin embargo, algo más ocurre, algo que no he alcanzado a
comprender, algo que intento averiguar. ¿Qué tiene que hacer ahora
la mariposa?...
Mi
ciclo del sueño es una locura, no puedo dormir de noche, son las
cuatro de la madrugada y sigo despierta en la cama, sin saber cómo
conciliar el sueño, y sin embargo, estoy adormecida, relajada. Como
es lógico, cuando me duermo lo hago durante cinco o seis horas
seguidas, con lo cual me despierto sobre las diez de la mañana. Al
estar en período vacacional puedo quedarme más tiempo durmiendo,
así que me lo tomo con calma y mi cuerpo se duerme dos horas más.
Eso
significa para mí perder la mañana por completo, es como si para mí
la noche comenzara a las cuatro de la madrugada y la mañana a las
doce. No comprendo qué pasa, el ciclo biológico de mi cuerpo no se
corresponde con el de la noche y el día, y no me preocupa de momento
porque tengo todo el tiempo para mí.
Es
un desbarajuste pero por más que intento cambiar el horario no lo
consigo. Incluso me doy cuenta de que por la tarde me da de nuevo
sueño y soy capaz de dormir dos horas más, en total puedo estar
durmiendo unas diez horas diarias, pero en un horario que no se
acomoda al de la mayoría.
Siento
dentro de mí una gran capacidad de dar, una energía inmensa, una
información que debo transmitir, pero ¿cómo hacerlo?, ¿tengo que
escribir y dejar que fluya desde dentro de mí hacia mis manos con el
teclado?
De
repente siento que recuerdo lo que aprendí hace años sobre anatomía
humana, extrañamente siento que puedo sanar mi cuerpo sólo
manteniendo la intención y que puedo hacer muchas cosas que me
parecían sobre humanas, pero es como saber usar un aparato
electrónico sin saber cómo funciona por dentro, su mecanismo...
Soy
la usuaria de este cuerpo, instrumento que me fue asignado para poder
llevar a cabo mi plan divino, con el que estuve de acuerdo en todo
momento. Se escogió el linaje familiar, las experiencias más
importantes que viviría para aprender, las personas que iría
conociendo, ect. Y así, nací en este receptáculo para cumplir la
misión de ser, de ayudar a otros a ser lo que son, pero con la
obligación de aprender primero a ser un ser humano, sentir el ego,
sentir las emociones, saber de las normas sociales establecidas en el
lugar donde vine a experimentar, conocer cómo se relacionan los
seres humanos entre sí, sus debilidades, sus compromisos, sus
dogmas, sus carencias, sus virtudes, todo desde una mente que
definiría como “plana”, no para insultarla, ni mucho menos, sino
para intentar plasmar cómo es la mente cuando no se conecta con su
yo superior, con su realidad suprema, inmaterial.
Si
yo percibo el tiempo de forma lineal, también mi mente es lineal,
plana, y todo a mi alrededor lo veo en base a un prisma lineal,
plano, la realidad holográfica que veo está conformada a mi imagen
y semejanza, es decir, adaptada a lo que soy capaz de comprender
desde mi mente. Pero cuando me doy cuenta de que el tiempo es
circular y de que además no existe en la medida en que lo percibe e
interpreta nuestra mente plana, ésta comienza a transformarse,
empieza a cambiar, a estirarse, a comprometerse con lo que es en
realidad su propia existencia. De pronto la consciencia del “yo
soy” se despierta y todo empieza a ser distinto ante mi propia
visión, ya nada es lo que parece y soy consciente de ello.
En
estos días de julio estoy experimentando algo que no sé describir,
algo como una transición hacia otra fase, otra etapa, algo que no sé
bien qué es, pero que tiene que ver con una fuerza impresionante que
siento dentro de mí, impulsándome hacia la acción, hacia lo que
soy en realidad, aunque sólo puedo sentirme como VIDA, como si esa
fuera la palabra que me define en mí misma, vida en vida, vida
encarnada en un ser humano, esencia vital que soy yo misma y que me
da el poder de crear y dar forma a la creación en sí misma. Sin
embargo, me acostumbré a no ser eso y ahora no sé cómo ser yo
misma, cómo ser vida, como manifestar lo que soy a través de este
cuerpo pequeño.
El
poder que siento en mí está conectado a algo más grande, más
fuerte, algo que me invade desde otro lugar más “elevado”, desde
una realidad que está por encima de esta, en el sentido de que está
en otra perspectiva más alta y desde allí todo puede apreciarse de
una manera mucho más completa, por no decir totalmente completa.
De
pronto no puedo saber lo que va a pasar y eso me perturba, pues antes
solía ver las posibilidades del futuro y valorarlas a través de
alguna habilidad que ya no controlo. Se me muestra ahora una parcela
de una globalidad, nada que ver con percibir mi propio posible
futuro, ahora veo el colectivo, la parte que me corresponde dentro de
ese colectivo, y sin embargo me es totalmente imposible poderlo
explicar, pues mi mente no puede catalogar algo que no conoce
todavía, algo que parace proceder de otra dimensión.
Cierro
los ojos y veo a muchas personas caminando hacia una enorme luz,
circular, parecida al sol, es amarilla dorada. Veo las siluetas de
hombres y mujeres acercándose a ella como si fuera un gran portal,
algo que les llevará a otro lugar, pero no entiendo nada esa visión.
No
hace mucho, el etérico de mi llama gemela me estuvo mostrando cómo
llegan las almas a encarnar a este planeta y cómo llegaron las
semillas estelares. Las almas que vienen encarnando durante muchas
vidas son las que él denomina almas humanas, las cuales viven un
largo proceso, llamémosle madurativo, a través del cual están
evolucionando y alcanzando lo que llamaría reconexión. ¿Reconexión
a qué? Primeramente con tu esencia, saber quién eres, saber que
eres un canal de luz y saber que tienes que anclar esa luz en la
tierra. Cielo y tierra conectados a través del ser humano, de las
plantas de los animales, todo cuanto está aquí en este planeta
tiene que estar en conexión con el cielo y con la tierra, sin
embargo, el ser humano se desconectó hace mucho tiempo, de ahí al
desequilibrio que existe entre naturaleza y hombre.
Reconectar
es sólo un paso, pero es el más importante, es como enchufar el
ordenador a la corriente, no funcionará si no lo conectamos. Pero el
ejemplo que daremos será mejor si hablamos de la radio. La
frecuencia de radio llega por las ondas, por el aire, llamémosle
cielo, pero la radio tiene que estar conectada a una batería o a una
corriente eléctrica, llamémosla tierra... Sólo así podemos
reconocernos y evolucionar.
Hemos
estado siendo cables desconectados, ahora toca la reconexión y una
vez realizada toca ser lo que vinimos a ser: luz, amor.
Cada
cable tiene una función, igual que está el cable que conecta el
teclado con el ordenador, la pantalla también se conecta con su
propio cable, el ratón, el router... ect. Los humanos también
tenemos ciertas funciones personales e individuales, además de una
colectiva. Todos somos piezas de un gran rompecabezas que se
configura entre todos, por eso, nadie es más que nadie, no hay un
maestro ascendido o un dios que sea más que el resto, no hay una
pieza del puzzle que sea más importante que otra, si falla una el
hueco que deja es insustituible.
Sin
embargo, este gran puzzle no es como el que hacemos los humanos para
entretenernos. No existen huecos, existen presencias, luces, amor,
unión, pero es algo que se está formando poco a poco.
Y
¿las almas voluntarias que tienen que hacer en todo ese puzzle?
Mi
llama gemela me explicó que son almas que provienen de otras
realidades más cercanas a la fuente creadora, con una luz muy
intensa, algo así como más condensada en sí misma, y no vienen
solas, un equipo de seres de esas realidades asiste y guía a cada
uno de los voluntarios desde antes de nacer y durante toda su vida.
Esas almas también forman parte del puzzle, claro está, porque
vinieron a ayudar a conformarlo, no a quedarse fuera como si fueran
superiores ordenando la evolución humana.
Ser
de otra realidad no implica ser mejor que otros seres que siempre
estuvieron aquí, implica ser invitados, extrangeros que vinieron a
echar una mano a sus hermanos.
Trabajar
el ego es muy importante en todo esto, las almas que provienen de
otras realidades se encuentran con su propio ego, al igual que las
almas humanas, ya que han encarnado en un cuerpo humano, bajo las
normas o leyes de este planeta tridimensional.
Para
estas almas es muy difícil la adaptación, de hecho, no lo hacen
nunca, sólo se acostumbran porque no hay más remedio, ya están
aquí y no se puede dar marcha atrás.
Y
a todo esto yo me estuve preguntando qué tiene que ver mi llama
gemela con todo el asunto de las semillas y las almas humana, pues
hay tanta moda con el tema, tanto deseo que hallar a esa otra mitad.
Las
almas humanas que evolucionen se unirán con sus llamas respectivas,
siempre y cuando esté dentro de sus pactos divinos. Las almas
voluntarias pueden haber venido también con un compañero cósmico,
o llama gemela, y si lo han hecho, en su mayoría es para unirse,
pues forma parte del plan de ayuda, o misión, y es una parte
fundamental de la misma, eso sí, también deben pasar por sus
períodos de depuración del ego, liberación de programas
ancestrales del linaje escogido y sanación.
¿Qué
hay del karma?
Mi
llama me muestra el karma como si fuera algo parecido a una escuela.
Como el tiempo no existe y todo pasa a la vez eso quiere decir que tu
alma, la que está en tu cuerpo físico actual, está a la vez en
todas las vidas que has vivido y en las que vivirás en este planeta.
Pero ¿cómo puedes estar en todas partes a la vez? Por tu
multidimensionalidad, la cual mi llama me ha mostrado como lateral y
vertical. Aunque me matiza que sólo son las primordiales y no me
especifica más para no complicar mi comprensión y la del lector.
En
cada vida experimentas lo que toca según el nivel de consciencia que
has ido adquiriendo, es un gran juego, un juego que se basa en
niveles, o cursos, primer curso o nivel, segundo curso...y así
sucesivamente, aunque cada nivel puede durar cientos de años
terrestres.
Para
las almas más evolucionadas que provienen de otras realidades, este
sistema de experimentación y aprendizaje es algo primitivo, sin
embargo este planeta es muy llamativo por la gran variedad de
versiones que puedes vivenciar vida tras vida, por ello es bastante
atractivo, aunque la contrapartida para un alma extrangera es la
falta de vibración de amor que hay. Este planeta es muy rico en
aprendizajes, pero muy pobre en amor.
Si
por un momento conectaras con todas tus realidades laterales, (no las
paralelas que esta es otra historia) sentirías todos tus
aprendizajes a la vez dentro de ti, sentirías un gran poder dentro
de ti, pues te sentirías más completo, más tú mismo.
Eso
ocurre también cuando conectas con tus realidades superiores, con
tus almas que habitan en forma vertical dimensionalmente hablando,
aunque las dimensiones están divididas en planos y en subplanos,
pero imagina por un momento que en la quinta dimensión tú ya
existes. A eso le llamaría etérico, es una parte de ti pero que no
está en la realidad 3D. Si eres capaz de conectar con tu yo de
quinta dimensión podrás experimentar cómo su sabiduría se va
haciendo tuya poco a poco, cómo sus informaciones te hacen conocerte
más y más, hasta que integres en su totalidad su dimensión en ti.
Eso significaría que has ascendido a quinta dimensión, pues has
integrado esa realidad tuya de quinta dimensión dentro de ti, has
traído el cielo a la tierra, has traído tu propia luz.
Esto
es sólo un ejemplo más de los que me explica a menudo mi llama
gemela etérica, una parte de él de otra dimensión u otro plano que
se comunica conmigo y me guía en mi misión.
Todo
esto es sólo una parte de todo lo que voy sintiendo dentro de mí,
de toda la información que va llegando y que necesito ir descargando
para vaciarme de ella.
Iré
dejando más artículos sobre lo que mi llama me va explicando a
medida que lo vaya haciendo, pues aunque suene loco, siento que esto
tengo que compartirlo.
Saludos
de Araham y Arael Elämä...
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